Nueva York — El código tributario tiene algo más de cuatro millones de palabras. Es como leer nueve veces El Señor de los Anillos, con la desventaja añadida de que su literatura es complicada y seca. Es una lectura que los preparadores de impuestos conocen bien y por ello son los profesionales más demandados en esta época del año. Pero ¿cómo elegir uno? Tenga en cuenta que aunque otra persona le prepare los impuestos, es usted el responsable de ellos.
Aquí van algunas pistas que el IRS quiere que tenga en cuenta.
* Los preparadores de impuestos tienen que tener un número de identificación que se llama PTIN. Es importante que, además de este número, su preparador haya acudido durante el año a clases de preparación continua que aseguren su puesta al día. Pregunte por ello. * Compruebe el curriculum de su preparador en el Better Business Bureau (www.bbb.org). Ahí puede ver si hay quejas sobre sus servicios.
* Pregunte el coste y evite preparadores que le cobran una comisión sobre su devolución. Su devolución debe ir sólo a su cuenta corriente no a la del preparador. No caiga en la tentación de contratar a quien le prometa una mayor devolución. La mayoría de los casos que se abren por fraude fiscal tienen que ver con excesivas o falsas deducciones e ingresos.
* Revise sus impuestos, haga preguntas y asegúrese de que el preparador los firma, incluye su PTIN y le da una copia de su declaración.
* Nunca firme una declaración en blanco. Es más, no confíe en quien le pida que lo haga.
* Confirme que su preparador estará disponible incluso después del 15 de abril, fecha final de entrega de la declaración, en caso de que el IRS contacte con usted por una auditoría o pregunta relacionada a sus impuestos. Ana B. Nieto/EDLP