Escribe: Enrique Soria
Nadie pone en discusión que el actual debate político se ha convertido en un verdadero esperpento. Insultos a diestra y siniestra, escabrosas intimidades, sartas de mentiras lanzadas a propósito y un cúmulo de inexactitudes que no resisten el menor análisis, han dejado de lado las propuestas políticas y los planteamientos económicos que todo el mundo espera de dos candidatos a la presidencia de los Estados Unidos.